lunes, 8 de junio de 2009

Viernes, 21 de diciembre (4ª Parte)

Miré el reloj, las cinco menos diez.
Hasta que llegara Sonia no tenía nada que hacer, así que estaba metida en el MSN.
Al momento, sonó el timbre, estábamos mi hermano y yo solos así que tendría que abrir yo.
Bajé las escaleras, abrí la puerta y allí estaba Sonia, con una sonrisa de oreja a oreja, unos pitillos muy ajustados, un suéter de cuello alto y una especie de torera. Llevaba el pelo suelto y rizado. al verla, me sorprendí, porque llevaba la raya del ojo pintada, y ellas nunca solían hacerlo.

-Vaya...-dije mirando el reloj.-debo de tener el reloj estropeado, porque tengo MENOS DIEZ, y que yo recuerde quedamos a las cinco...
-Ya, pero ¡¡estaba impaciente!! Voy ha hacer que María y Noelia no sepan con quién vengo. tú dejame a mi y verás que no vas a parecer la misma.
-No, si ya cuando te he abierto no parecías la misma...¿qué haces con los ojos pintados?
-Oye, una cosa es que vayamos como Cynthia, que se tiene que comprar una sombra nueva todas las mañanas, y otra cosa es que te pintes un poco la raya y te eches un poco de brillo en en los labios... Así que tú tranquila, y déjate hacer.

Subimos a mi cuarto, Sonia abrió el armario y empezó a sacar ropa. Tras, mínimo, veinte minutos, acabé poniéndome algo bonito, que me quedaba bien, y que me gustaba.

Luego fuimos al cuarto de baño, cogío unos cuantos cepillos, la plancha, el secador, todo el arsenal de peluquería, vamos. Probó unas cuantas de cosas, pero después de 10 minutos por fin se decidió.

Por fin parecía que estábamos acabando. Cogió su bolso y sacó un lápiz de ojos, un poco de sombra blanca y brillo para los labios.
-Eso sabrás hacerlo sola, ¿no?
Yo me reí, cogí todo lo que había sacado y me maquillé, la verdad, me encantaba hacerlo, pero me daba un poco de corte salir así a la calle, prefería no llamar la atención.

Entramos de nuevo en mi habitación, me miré al espejo. La verdad, estaba radiante.
Llevaba puesto unos pitillos vaqueros un jersey y un chaleco. En el pelo llevaba puesto dos pinzas sujetando dos mechones de los laterales y todo lo demás estaba liso.
Nunca me había visto así de arreglada ni maquillada, y la verdad, me gustó mi "nueva" yo, a lo mejor me aficionaba a esto...

-¡Vamos! ¡deja ya de mirarte! son y veinticinco, no vamos a llegar.
Lo recogí todo un poco por encima y salimos. En la habitación de al lado también salía mi hermano, y también iba bastante arreglado.
no le hice mucho caso y bajé las escaleras, cogí las llaves y le hice una señal a Sonia para que dejara de babear por Chris y me siguiera.
Él salió con nosotras
-¿Dónde vais?-dijo
-Al cine-contesté seca.
No dijo nada más, él se fue por un lado y nosotras por el contrario

Llegamos rápido al parque, Noelia y María ya estaban allí, al vernos, se levantaron y vinieron hacia donde nosotras.
Al vernos, las dos nos recorrieron bien con la mirada, igual que nosotras a ellas.
Después de felicitar a Sonia por el duro trabajo y de decirnos todas lo guapas que estábamos (si, suena muy pijo, pero es que había que vernos...xDD) fuimos al cine.

No quedaba muy lejos, y llegamos enseguida. Por el camino nos habíamos estado haciendo fotos con el móvil.
Llegamos, sacamos las entradas, compramos palomitas, chucherías, etc... y entramos en la sala.
Habíamos cogido un buen sitio y estábamos en la última fila. Y estaba sentada la última, y al empezar la película, entraron otros dos muchachos que iban agarrados de las manos. No les hice mucho caso hasta que se sentaron a mi lado y, mientras se comían la boca, vi quienes eran.
Asqueada, llamé a María, que era la que estaba al lado de la pared.
-María, por favor, si no quieres que nos echen porque me líe aquí a voces con estos dos, cambiame el sitio.
Las demás, que me oyeron, miraron para donde yo señalaba y vieron a mi hermano y a Cynthia.
María no se lo pensó dos veces y me dejó al lado de la pared.

La película acabó, y habían sido los 5.50€ pero gastados de mi vida. La peli había sido buena, pero no podía dejar de mirar a mi hermano y a su acompañante, que no paraban de besarse, reírse y coquetear.
El simple eco de oírlos me hacía vomitar. Sonia, que estaba a mi lado, lo sabía, y no hacía más que darme conversación para que no les hiciera caso, así que supongo que también le dí la película a ella.

Salimos de ahí cuanto antes. nos sobraba dinero, así que nos fuimos a cenar a un burguer. Luego, llamamos al padre de Sonia, ya que era muy tarde, y nos llevó a casa.
Cuando llegué Christian todavía no había llegado.

1 comentario:

Andrea dijo...

k mal me kae la sintia tss la opdiooo