Nota: He estado mucho tiempo sin escribir, pero es que he estado estudiando para los exámenes de recuperación, y además estaba muy liada...puf.
Pero en fin, ya he terminado, y ahora, os pondré ración doble algún tiempo para compensaros.
Besos!
23:45
Estaba sentada en el borde de la fuente. No me gustaba estar ahí, porque venía cualquiera con la borrachera, me empujaba y...¡ala! de cabeza a la fuente. Pero mis amigas todavía no habían llegado e iba a ser una noche muy larga...
Me fijé que por mi izquierda venían hacia mí dos figuras. no podían ser mis amigas, la sombra era más como de un hombre, pero estaba oscuro y no veía bien. una era bastante alta, y la otra un poco mas baja que yo.
Cuando ya estaban casi donde estaba yo, pasaron por debajo de una farola y pude ver que eran Brad y otro chico, más o menos de mi edad.
Se acercaron a mi y cada uno se sentó a un lado de donde yo estaba.
-Hola, Blanca-dijo muy sonriente Brad.-¿Conoces a mi hermano?
miré al chico que tenía a mi otro lado. Tenía el pelo negro, y la piel bastante morena, parecía que acababa de salir de una sesión de rayos UVA, me fijé en sus ojos, eran tan oscuros que parecían solo pupila. La verdad, era bastante guapo.
-No, no recuerdo haberle conocido nunca-dije aún mirándole a los ojos.
-Me llamo Yoel.-se presentó.
-Encantada, soy Blanca. Oye, ¿cómo es que no te he visto por el instituto? creo que Brad me dijo que tenías mi edad, ¿no?
-Así es-contestó Brad por él.-tiene tu edad. Lo que pasa es que va al instituto del pueblo de aquí al lado
-¿Y por qué a ese, si vivís aquí?
-Porque nuestro padre trabaja allí, y yo he preferido tener algo de compañía en primero.
-Vamos, que es un cobarde que no es capaz de enfrentarse a unos chiquillos de 1º de E.S.O sin la ayuda de su papá.-se burló Brad.
-¡Eh! Dicho así suena muy feo y Blanca se va a creer que soy un cobarde-se quejó Yoel.
-Es que lo eres-Brad pasó la mano por encima de mis hombros. Yo lo miré y me sonrojé.-pues aquí tu "amiga" Blanca, se enfrentó a 1º sola, sin nadie que conociese. Y aquí está.
-Si, bueno...-dije yo un poco cortada.
-¡Ey! ¡Blanca!-Oí la voz de Sonia por detrás.-Ups...¿interrumpimos algo?-dijeron todas riéndose por lo bajo.
Brad me quitó el brazo de los hombros y se levantó.
-Que va, le estaba presentado a Blanca a mi hermano.
Ellas se fijaron en Yoel.
-¡Hombre! El desaparecido en combate...-se rió Noelia.
Él no le hizo caso.
-Bueno, yo me voy a por el tercer cubata de la noche-dijo Brad despidiéndose.
-¿Ya llevas tres? pero si no son ni las doce...-dije
-Pues tu hermano y su novia llevan lo menos cinco-dijo él alejándose.
Yo miré a Sonia con mala cara.
-Espero que me estés mirando así por lo que ha dicho Brad de tu hermano y Cynthia y no porque te haya interrumpido cuando Brad te tenía cogida de los hombros.
-Pues por las dos cosas, pero en especial por la segunda.
-Tía, lo sentimos, nosotras no lo sabíamos...-se disculpó María.-Aunque en realidad ha sido culpa de Sonia, que estaba por ahí, tirando cohetes y la hemos tenido que buscar.
-Es que tienes el don de la inoportunidad, bonita.-me quejé.-ahora que consigo que Brad, por lo menos, me tenga el brazo encima de los hombros, aunque solo sea en plan amigos, vienes tu y lo fastidias...que propio de ti.
Recapacité un momento y miré para donde había estado sentada. Como temía, Yoel había estado allí todo el tiempo, y lo había escuchado todo. Me acerqué a él con cara amenazadora.
-Mira bonito...no se qué habrás escuchado, pero como le cuentes, lo más mínimo a tu hermano, te enteras...¿pillas?-dije casi pegada a él.
-Tranqui...no le voy a decir que te gusta mi hermano.
-¿Por qué no?-dije arqueando una ceja-¿qué quieres a cambio?
-Nada...me gustas y no quiero hacerte pasar por eso.
-¿Qué? Venga ya, tío, a otra con esas, nos acabamos de conocer, y...
-¿Y? ¿No crees en el amor a primera vista?
Entonces lo volví a mirar a los ojos y a perderme en su oscuridad. "No, no, otra vez no. Recapacita. A ti te gusta Brad, ¡no su hermano! ¿o si?" Pensé.
Yoel me había liado más aún las cosas. ¿Me gustaba él, o su hermano? ¿O quizás los dos?
Las campanadas del reloj de la plaza me bajaron de la nube en la que andaba.
-¡Vamos! Hay que coger una copa rápido.-dijo Noelia cogiendo cuatro copas llenas de uvas y repartiéndonoslas-¡Ya van a empezar las campanadas!
Uva tras uva, acabamos, a duras penas, con las doce. Después de felicitarnos el nuevo año, de beber, de mandar sms a los familiares, bailar, beber y beber otra vez más, nosotros nos fuimos a casa.
miércoles, 17 de junio de 2009
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